Quito, 09 de enero de 2012
Señor Economista
Rafael Correa
Presidente de la República
Ciudad.-
Estimado Señor Presidente,
Le dirigimos esta nota preocupadas por sus comentarios del fin de
semana anterior respecto de las mujeres asambleístas del movimiento
PAIS en particular y del aporte de las mujeres a la democracia en
general.
semana anterior respecto de las mujeres asambleístas del movimiento
PAIS en particular y del aporte de las mujeres a la democracia en
general.
Según lo transmitieron todos los medios de comunicación que se enlazan
para su informe semanal, al comentar sobre la cena de fin de año
realizada en Carondelet usted dijo: “yo no sé si la equidad de género
mejora la democracia lo que sí es seguro es que ha mejorado la farra
impresionantemente (…)”
Ya que la política es también pedagogía y que el discurso de un
Presidente puede enviar muchos mensajes, permítanos recordarle cómo ha
mejorado la democracia la participación de las mujeres: en primer
lugar por un elemental sentido de participación y representación, ya
que las mujeres somos la mitad de la población, cualquier democracia
está incompleta y no merece ese nombre si no permite, promueve y
asegura la participación y representación de un sector tan importante;
otro gran aporte de las mujeres a la democracia ha sido el cuestionar
la división tradicional entre el mundo público y el privado; la
exigencia de que la política se encargue también de los problemas y
los conflictos de la vida cotidiana. La participación de las mujeres
en la política –aunque tampoco se pueda generalizar- también busca
cuestionar el poder en tanto ejercicio patriarcal y autoritario. Y si
los asuntos de fondo le resultan difíciles de juzgar; permítanos
hablarle sobre la importancia simbólica de la participación política
de las mujeres, pues nuestra presencia es también un mensaje por el que
les recordamos a sus hijas y a las nuestras que el espacio público no
nos es ajeno y que la subordinación no es nuestro destino
incuestionable.
No lo dude, Señor Presidente, la equidad de género ha mejorado la
democracia y no necesariamente por las piernas o las minifaldas de
nadie, expresión usada por usted en ese mismo enlace al comentar: “Que
asambleístas que tenemos guapísimas ahh, eh Corcho hay que aumentarles
el sueldo eh porque no tuvieron plata para comprar suficiente tela y
todas con unas minifaldas dios mío, (risas). Yo ni me fijo en esas
cosas me contaron, me contaron unas piernas y unas minifaldas
impresionantes guapísimas las asambleístas (…)”
Muchas de las aquí firmantes no estuvimos en la cena, ni usábamos las
minifaldas de las que le han contado, pero todas nosotras somos
asambleístas y mujeres que sabemos que expresiones como estas -aún si
se hacen en son de broma- fortalecen los estereotipos que exponen a
las niñas, las adolescentes y las mujeres ecuatorianas a todo tipo de
agresiones. Las mujeres en el Ecuador deben saber que aún si se
desnudan en público no merecen ningún comentario denigrante y los
hombres también deben aprender que nada los autoriza a hacerlos. No
lo olvide Presidente, el machismo es violencia.
Atentamente,
FIRMAS:
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