
La asambleísta Diana
Atamaint critica a Rafael Correa por su comentario sobre las mujeres
y rechaza lo que ella denomina “poder machista y discriminatorio”
¿El Presidente de la
República es machista?
Diana
Atamaint no es quien debe calificar al Presidente. Son las acciones
de las personas las que dan cuenta de quiénes son. La asambleísta
María Paula Romo enfatiza en que el machismo es violencia... Yo soy
parte de la carta que envió María Paula y la suscribo plenamente.
¿El poder es machista?
La
sociedad ecuatoriana está configurada por una estructura machista. Y
una de las luchas fundamentales de los ciudadanos debería ser la
erradicación de esa forma de pensar acerca de las mujeres. El
lenguaje, las instituciones, el poder, todo está configurado para
subestimar el rol de las mujeres.
¿La revolución
ciudadana no ha logrado cambiar esas maneras de mirar a la mujer?
No,
para nada.
¿Por qué?
Antes
de eso, el Presidente debe recordar que nuestra lucha por la equidad
de género es la lucha de la mujer ecuatoriana para cambiar la
estructura de la sociedad.
¿Y esa lucha se
minimiza con las declaraciones del Presidente de la República?
Esa
lucha, de ninguna manera, puede ser motivo de burla por parte del
Presidente. Mucho peor de un presidente que dice ser líder de una
revolución.
¿Una revolución que
no debería ser machista?
Una
revolución supuestamente de izquierda o progresista, pero que con su
lenguaje machista y sus actitudes machistas demuestra todo lo
contrario.
¿Qué quiere decir
“todo lo contrario”?
Que
el Presidente no está convencido y que entra en un conflicto muy
grande cuando plantea que no está convencido que nuestra lucha ha
mejorado la democracia, pero que la lucha por la equidad de género y
las minifaldas sí han mejorado la farra.
¿Cómo entender que un
presidente diga algo así?
El
Presidente está quitándose la careta y está evidenciando que no es
revolucionario.
¿Cómo debería ser un
presidente revolucionario?
No
es revolucionario un presidente que no incluye a los indígenas, que
no incluye a los ambientalistas, que no respeta los derechos de los
servidores públicos y que no respeta la lucha de las mujeres
ecuatorianas. Pero es un Gobierno que tiene como ícono al general
Eloy Alfaro, que fue quien abrió paso al derecho de la mujer a
ejercer el sufragio. Y se llena la boca cuando nombra a Dolores
Cacuango, una luchadora que, precisamente, peleó para que se
reconozcan los derechos de la mujer indígena, doble o triplemente
excluida. E invitaron a Rigoberta Menchú al festejo por los cinco
años en el poder... Nosotros hicimos gestiones para contarle a
Rigoberta Menchú y a la compañera chilena Camila Vallejo (que
declinó la invitación) lo que el presidente Correa piensa de las
mujeres. Más allá de las palabras del Mandatario,
¿Qué análisis de
fondo hace usted?
Que
el Presidente vive enmarcado o enclaustrado en una sociedad
inequitativa. Y que ese tipo de bromas y de chistes son graves porque
hay una afirmación de quien lidera un proceso supuestamente
revolucionario en el sentido de que no está convencido de que la
igualdad de género fortalece la democracia.
¿Son feministas
radicales quienes se quejan de la opinión del Presidente?
No
tiene nada que ver el feminismo con la lucha por nuestros derechos.
Volvamos al ejemplo de la líder Dolores Cacuango. Ella ni siquiera
hizo sus batallas por la equidad de género, sino por su pueblo, por
la educación bilingüe intercultural, contra la discriminación
étnica y el machismo.
¿Cómo entender que
las ministras permitan que el Presidente diga cosas así?
Sinceramente
no creo que lo permitan. Quiero entender, y estoy convencida, de que
en un entorno privado sí le habrán dicho al Presidente que no están
felices con esas declaraciones.
¿Y las asambleístas
de A. País?
La
mayoría ha declarado que es algo irrelevante y que a ellas no les
afecta. Las mujeres debemos tener firmeza y dignidad para defender
nuestros principios. No entiendo por qué las asambleístas de
Alianza País hacen oídos sordos a este y otros episodios anteriores
donde el Presidente no se ha expresado adecuadamente sobre nosotros.
Quizás son favores políticos.
¿Le parece grave,
desde el punto de vista femenino?
Es
muy grave que las mujeres asambleístas no demos muestras claras de
firmeza y dignidad para reivindicar nuestros derechos, enfrentar y
luchar.
¿Una mujer tiene que
usar minifalda, tener bonitas piernas y ser muy atractiva para
triunfar en una sociedad machista?
Yo
quiero hacer una reflexión en este punto. Quiero valorar a las
mujeres ministras del Gabinete del presidente Rafael Correa. No creo
que ellas se hayan ganado el puesto de ministras por haberle mostrado
las piernas al Presidente y haberle demostrado sus habilidades para
el baile.
Entonces, ¿por qué
no dicen nada sobre las palabras del Presidente?
No
lo sé. Pero quiero destacar que las ministras que conozco de cerca
tienen una hoja de vida muy buena, una formación profesional
excelente y una oportunidad única de servir al país gracias a su
calidad académica. Por eso no podemos aceptar ese tipo de esquemas
mentales, mucho menos en un Mandatario.
¿Son muy fuertes y
determinantes los estereotipos en una sociedad machista?
En
la sociedad existen estereotipos de belleza que no tienen nada que
ver con la filosofía del Buen Vivir, tan mencionada por el Gobierno
y parte fundamental de la Constitución de Montecristi.
Lamentablemente esos estereotipos están ahí, pero ese no es el
punto que estamos reclamando.
¿Cuál
es, entonces?
Que
el poder aprenda a valorar al ser humano como tal, en sus condiciones
de hombre o mujer. Cuando el Gobierno habla de “meritocracia”,
¿Se contradice con las
palabras del Presidente? ¿Se estará valorando a la mujer por su
belleza y no por su capacidad ?
Habría que
revisar cuál es el instructivo para acudir al Instituto de la
Meritocracia y solicitar un empleo. Pero por lo que dijo el
Presidente, creo que ya no hace falta preguntar qué condiciones se
necesitan. Todo esto es un retroceso histórico porque se nos ha
puesto en una condición de discriminación absoluta. Todo esto
ocurre en un continente donde existen mujeres que han gobernado y
gobiernan, como Bachelet, Dilma o Cristina Fernández... Me gustaría
saber qué pensarían ellas de tan lamentables y tristes comentarios
del Presidente de la República. Eso, insisto, ni siquiera podemos
aceptarlo como una broma. ¿Es una agresión? Es una forma de
agresión verbal que no solo llega a las mujeres sino a todos los que
el Gobierno considera rivales o enemigos. Correa descalifica como
quiere a hombres y a mujeres, se burla, ironiza, insulta, habla de
“enanos”, habla de “limitados mentales”. Es una forma de
agresión que conduce a una sociedad polarizada. No es justo que se
estigmatice y se ofenda a quienes no piensan como el Mandatario.
¿Esperan ustedes que
el Presidente les ofrezca disculpas por su comentario?
No creo que
lo haga. Pero lo que queremos decirle es que en el país hay mujeres
valientes que no le tenemos miedo al poder y no tenemos miedo de
decir lo que pensamos y lo que sentimos.
¿Qué le diría usted
al presidente Correa?
Que no vamos
a renunciar a nuestra lucha por la igualdad de condiciones y
oportunidades para las mujeres. Que aunque él no esté convencido de
la equidad de género, nosotros vamos a continuar en ese objetivo. Le
conocemos como es el Presidente y no esperamos que se disculpe. Pero,
eso sí, debe saber que lo seguiremos combatiendo en todo lo que no
está haciendo bien.
¿Por ejemplo?
Que deje de
una vez por todas tanto discurso, tanta palabra bonita, tanta
literatura para pararse en la tarima. Que deje de hacer tanta
publicidad y propaganda con los recursos de todos los ecuatorianos.
Que deje de gastar plata en campañas que dicen “el machismo es
violencia” porque eso es pura publicidad, pues él, con sus
actitudes y comentarios, está diciendo todo lo contrario
HOJA DE VIDA
Diana
Atamaint Su trayectoria. Asambleísta de la provincia de Morona
Santiago por el Movimiento Pachakutik. Miembro de la Federación
Shuar y militante de izquierda. En la Asamblea tiene una posición
crítica contra el Gobierno.
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La asambleísta Diana
Atamaint critica a Rafael Correa por su comentario sobre las mujeres y
rechaza lo que ella denomina “poder machista y discriminatorio”
¿El Presidente de la República es machista?
Diana Atamaint no es quien debe calificar al Presidente. Son las
acciones de las personas las que dan cuenta de quiénes son.
La asambleísta María Paula Romo enfatiza en que el machismo es
violencia...
Yo soy parte de la carta que envió María Paula y la suscribo plenamente.
¿El poder es machista?
La sociedad ecuatoriana está configurada por una estructura machista. Y
una de las luchas fundamentales de los ciudadanos debería ser la
erradicación de esa forma de pensar acerca de las mujeres. El lenguaje,
las instituciones, el poder, todo está configurado para subestimar el
rol de las mujeres.
¿La revolución ciudadana no ha logrado cambiar esas maneras de mirar a
la mujer?
No, para nada.
¿Por qué?
Antes de eso, el Presidente debe recordar que nuestra lucha por la
equidad de género es la lucha de la mujer ecuatoriana para cambiar la
estructura de la sociedad.
¿Y esa lucha se minimiza con las declaraciones del Presidente de la
República?
Esa lucha, de ninguna manera, puede ser motivo de burla por parte del
Presidente. Mucho peor de un presidente que dice ser líder de una
revolución.
¿Una revolución que no debería ser machista?
Una revolución supuestamente de izquierda o progresista, pero que con su
lenguaje machista y sus actitudes machistas demuestra todo lo
contrario.
¿Qué quiere decir “todo lo contrario”?
Que el Presidente no está convencido y que entra en un conflicto muy
grande cuando plantea que no está convencido que nuestra lucha ha
mejorado la democracia, pero que la lucha por la equidad de género y las
minifaldas sí han mejorado la farra.
¿Cómo entender que un presidente diga algo así?
El Presidente está quitándose la careta y está evidenciando que no es
revolucionario.
¿Cómo debería ser un presidente revolucionario?
No es revolucionario un presidente que no incluye a los indígenas, que
no incluye a los ambientalistas, que no respeta los derechos de los
servidores públicos y que no respeta la lucha de las mujeres
ecuatorianas.
Pero es un Gobierno que tiene como ícono al general Eloy Alfaro, que fue
quien abrió paso al derecho de la mujer a ejercer el sufragio.
Y se llena la boca cuando nombra a Dolores Cacuango, una luchadora que,
precisamente, peleó para que se reconozcan los derechos de la mujer
indígena, doble o triplemente excluida.
E invitaron a Rigoberta Menchú al festejo por los cinco años en el
poder...
Nosotros hicimos gestiones para contarle a Rigoberta Menchú y a la
compañera chilena Camila Vallejo (que declinó la invitación) lo que el
presidente Correa piensa de las mujeres.
Más allá de las palabras del Mandatario, ¿qué análisis de fondo hace
usted?
Que el Presidente vive enmarcado o enclaustrado en una sociedad
inequitativa. Y que ese tipo de bromas y de chistes son graves porque
hay una afirmación de quien lidera un proceso supuestamente
revolucionario en el sentido de que no está convencido de que la
igualdad de género fortalece la democracia.
¿Son feministas radicales quienes se quejan de la opinión del
Presidente?
No tiene nada que ver el feminismo con la lucha por nuestros derechos.
Volvamos al ejemplo de la líder Dolores Cacuango. Ella ni siquiera hizo
sus batallas por la equidad de género, sino por su pueblo, por la
educación bilingüe intercultural, contra la discriminación étnica y el
machismo.
¿Cómo entender que las ministras permitan que el Presidente diga cosas
así?
Sinceramente no creo que lo permitan. Quiero entender, y estoy
convencida, de que en un entorno privado sí le habrán dicho al
Presidente que no están felices con esas declaraciones.
¿Y las asambleístas de A. País? La mayoría ha declarado que es algo
irrelevante y que a ellas no les afecta.
Las mujeres debemos tener firmeza y dignidad para defender nuestros
principios. No entiendo por qué las asambleístas de Alianza País hacen
oídos sordos a este y otros episodios anteriores donde el Presidente no
se ha expresado adecuadamente sobre nosotros. Quizás son favores
políticos.
¿Le parece grave, desde el punto de vista femenino?
Es muy grave que las mujeres asambleístas no demos muestras claras de
firmeza y dignidad para reivindicar nuestros derechos, enfrentar y
luchar.
¿Una mujer tiene que usar minifalda, tener bonitas piernas y ser muy
atractiva para triunfar en una sociedad machista?
Yo quiero hacer una reflexión en este punto. Quiero valorar a las
mujeres ministras del Gabinete del presidente Rafael Correa. No creo que
ellas se hayan ganado el puesto de ministras por haberle mostrado las
piernas al Presidente y haberle demostrado sus habilidades para el
baile.
Entonces, ¿por qué no dicen nada sobre las palabras del Presidente?
No lo sé. Pero quiero destacar que las ministras que conozco de cerca
tienen una hoja de vida muy buena, una formación profesional excelente y
una oportunidad única de servir al país gracias a su calidad académica.
Por eso no podemos aceptar ese tipo de esquemas mentales, mucho menos
en un Mandatario.
¿Son muy fuertes y determinantes los estereotipos en una sociedad
machista?
En la sociedad existen estereotipos de belleza que no tienen nada que
ver con la filosofía del Buen Vivir, tan mencionada por el Gobierno y
parte fundamental de la Constitución de Montecristi. Lamentablemente
esos estereotipos están ahí, pero ese no es el punto que estamos
reclamando.
¿Cuál es, entonces?
Que el poder aprenda a valorar al ser humano como tal, en sus
condiciones de hombre o mujer.
Cuando el Gobierno habla de “meritocracia”, ¿se contradice con las
palabras del Presidente? ¿Se estará valorando a la mujer por su belleza y
no por su capacidad ?
Habría que revisar cuál es el instructivo para acudir al Instituto de la
Meritocracia y solicitar un empleo. Pero por lo que dijo el Presidente,
creo que ya no hace falta preguntar qué condiciones se necesitan. Todo
esto es un retroceso histórico porque se nos ha puesto en una condición
de discriminación absoluta.
Todo esto ocurre en un continente donde existen mujeres que han
gobernado y gobiernan, como Bachelet, Dilma o Cristina Fernández...
Me gustaría saber qué pensarían ellas de tan lamentables y tristes
comentarios del Presidente de la República. Eso, insisto, ni siquiera
podemos aceptarlo como una broma.
¿Es una agresión?
Es una forma de agresión verbal que no solo llega a las mujeres sino a
todos los que el Gobierno considera rivales o enemigos. Correa
descalifica como quiere a hombres y a mujeres, se burla, ironiza,
insulta, habla de “enanos”, habla de “limitados mentales”. Es una forma
de agresión que conduce a una sociedad polarizada. No es justo que se
estigmatice y se ofenda a quienes no piensan como el Mandatario.
¿Esperan ustedes que el Presidente les ofrezca disculpas por su
comentario?
No creo que lo haga. Pero lo que queremos decirle es que en el país hay
mujeres valientes que no le tenemos miedo al poder y no tenemos miedo de
decir lo que pensamos y lo que sentimos.
¿Qué le diría usted al presidente Correa?
Que no vamos a renunciar a nuestra lucha por la igualdad de condiciones y
oportunidades para las mujeres. Que aunque él no esté convencido de la
equidad de género, nosotros vamos a continuar en ese objetivo. Le
conocemos como es el Presidente y no esperamos que se disculpe. Pero,
eso sí, debe saber que lo seguiremos combatiendo en todo lo que no está
haciendo bien.
¿Por ejemplo?
Que deje de una vez por todas tanto discurso, tanta palabra bonita,
tanta literatura para pararse en la tarima. Que deje de hacer tanta
publicidad y propaganda con los recursos de todos los ecuatorianos. Que
deje de gastar plata en campañas que dicen “el machismo es violencia”
porque eso es pura publicidad, pues él, con sus actitudes y comentarios,
está diciendo todo lo contrario.
HOJA DE VIDA
Diana Atamaint
Su trayectoria. Asambleísta de la provincia de Morona Santiago por el
Movimiento Pachakutik. Miembro de la Federación Shuar y militante de
izquierda. En la Asamblea tiene una posición crítica contra el Gobierno.
Este contenido ha sido publicado originalmente por Diario EL COMERCIO en la siguiente dirección: http://www.elcomercio.com/politica/Presidente-machista-puede-llamarse-revolucionario_0_627537320.html.
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haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este
contenido. ElComercio.com
La asambleísta Diana
Atamaint critica a Rafael Correa por su comentario sobre las mujeres y
rechaza lo que ella denomina “poder machista y discriminatorio”
¿El Presidente de la República es machista?
Diana Atamaint no es quien debe calificar al Presidente. Son las
acciones de las personas las que dan cuenta de quiénes son.
La asambleísta María Paula Romo enfatiza en que el machismo es
violencia...
Yo soy parte de la carta que envió María Paula y la suscribo plenamente.
¿El poder es machista?
La sociedad ecuatoriana está configurada por una estructura machista. Y
una de las luchas fundamentales de los ciudadanos debería ser la
erradicación de esa forma de pensar acerca de las mujeres. El lenguaje,
las instituciones, el poder, todo está configurado para subestimar el
rol de las mujeres.
¿La revolución ciudadana no ha logrado cambiar esas maneras de mirar a
la mujer?
No, para nada.
¿Por qué?
Antes de eso, el Presidente debe recordar que nuestra lucha por la
equidad de género es la lucha de la mujer ecuatoriana para cambiar la
estructura de la sociedad.
¿Y esa lucha se minimiza con las declaraciones del Presidente de la
República?
Esa lucha, de ninguna manera, puede ser motivo de burla por parte del
Presidente. Mucho peor de un presidente que dice ser líder de una
revolución.
¿Una revolución que no debería ser machista?
Una revolución supuestamente de izquierda o progresista, pero que con su
lenguaje machista y sus actitudes machistas demuestra todo lo
contrario.
¿Qué quiere decir “todo lo contrario”?
Que el Presidente no está convencido y que entra en un conflicto muy
grande cuando plantea que no está convencido que nuestra lucha ha
mejorado la democracia, pero que la lucha por la equidad de género y las
minifaldas sí han mejorado la farra.
¿Cómo entender que un presidente diga algo así?
El Presidente está quitándose la careta y está evidenciando que no es
revolucionario.
¿Cómo debería ser un presidente revolucionario?
No es revolucionario un presidente que no incluye a los indígenas, que
no incluye a los ambientalistas, que no respeta los derechos de los
servidores públicos y que no respeta la lucha de las mujeres
ecuatorianas.
Pero es un Gobierno que tiene como ícono al general Eloy Alfaro, que fue
quien abrió paso al derecho de la mujer a ejercer el sufragio.
Y se llena la boca cuando nombra a Dolores Cacuango, una luchadora que,
precisamente, peleó para que se reconozcan los derechos de la mujer
indígena, doble o triplemente excluida.
E invitaron a Rigoberta Menchú al festejo por los cinco años en el
poder...
Nosotros hicimos gestiones para contarle a Rigoberta Menchú y a la
compañera chilena Camila Vallejo (que declinó la invitación) lo que el
presidente Correa piensa de las mujeres.
Más allá de las palabras del Mandatario, ¿qué análisis de fondo hace
usted?
Que el Presidente vive enmarcado o enclaustrado en una sociedad
inequitativa. Y que ese tipo de bromas y de chistes son graves porque
hay una afirmación de quien lidera un proceso supuestamente
revolucionario en el sentido de que no está convencido de que la
igualdad de género fortalece la democracia.
¿Son feministas radicales quienes se quejan de la opinión del
Presidente?
No tiene nada que ver el feminismo con la lucha por nuestros derechos.
Volvamos al ejemplo de la líder Dolores Cacuango. Ella ni siquiera hizo
sus batallas por la equidad de género, sino por su pueblo, por la
educación bilingüe intercultural, contra la discriminación étnica y el
machismo.
¿Cómo entender que las ministras permitan que el Presidente diga cosas
así?
Sinceramente no creo que lo permitan. Quiero entender, y estoy
convencida, de que en un entorno privado sí le habrán dicho al
Presidente que no están felices con esas declaraciones.
¿Y las asambleístas de A. País? La mayoría ha declarado que es algo
irrelevante y que a ellas no les afecta.
Las mujeres debemos tener firmeza y dignidad para defender nuestros
principios. No entiendo por qué las asambleístas de Alianza País hacen
oídos sordos a este y otros episodios anteriores donde el Presidente no
se ha expresado adecuadamente sobre nosotros. Quizás son favores
políticos.
¿Le parece grave, desde el punto de vista femenino?
Es muy grave que las mujeres asambleístas no demos muestras claras de
firmeza y dignidad para reivindicar nuestros derechos, enfrentar y
luchar.
¿Una mujer tiene que usar minifalda, tener bonitas piernas y ser muy
atractiva para triunfar en una sociedad machista?
Yo quiero hacer una reflexión en este punto. Quiero valorar a las
mujeres ministras del Gabinete del presidente Rafael Correa. No creo que
ellas se hayan ganado el puesto de ministras por haberle mostrado las
piernas al Presidente y haberle demostrado sus habilidades para el
baile.
Entonces, ¿por qué no dicen nada sobre las palabras del Presidente?
No lo sé. Pero quiero destacar que las ministras que conozco de cerca
tienen una hoja de vida muy buena, una formación profesional excelente y
una oportunidad única de servir al país gracias a su calidad académica.
Por eso no podemos aceptar ese tipo de esquemas mentales, mucho menos
en un Mandatario.
¿Son muy fuertes y determinantes los estereotipos en una sociedad
machista?
En la sociedad existen estereotipos de belleza que no tienen nada que
ver con la filosofía del Buen Vivir, tan mencionada por el Gobierno y
parte fundamental de la Constitución de Montecristi. Lamentablemente
esos estereotipos están ahí, pero ese no es el punto que estamos
reclamando.
¿Cuál es, entonces?
Que el poder aprenda a valorar al ser humano como tal, en sus
condiciones de hombre o mujer.
Cuando el Gobierno habla de “meritocracia”, ¿se contradice con las
palabras del Presidente? ¿Se estará valorando a la mujer por su belleza y
no por su capacidad ?
Habría que revisar cuál es el instructivo para acudir al Instituto de la
Meritocracia y solicitar un empleo. Pero por lo que dijo el Presidente,
creo que ya no hace falta preguntar qué condiciones se necesitan. Todo
esto es un retroceso histórico porque se nos ha puesto en una condición
de discriminación absoluta.
Todo esto ocurre en un continente donde existen mujeres que han
gobernado y gobiernan, como Bachelet, Dilma o Cristina Fernández...
Me gustaría saber qué pensarían ellas de tan lamentables y tristes
comentarios del Presidente de la República. Eso, insisto, ni siquiera
podemos aceptarlo como una broma.
¿Es una agresión?
Es una forma de agresión verbal que no solo llega a las mujeres sino a
todos los que el Gobierno considera rivales o enemigos. Correa
descalifica como quiere a hombres y a mujeres, se burla, ironiza,
insulta, habla de “enanos”, habla de “limitados mentales”. Es una forma
de agresión que conduce a una sociedad polarizada. No es justo que se
estigmatice y se ofenda a quienes no piensan como el Mandatario.
¿Esperan ustedes que el Presidente les ofrezca disculpas por su
comentario?
No creo que lo haga. Pero lo que queremos decirle es que en el país hay
mujeres valientes que no le tenemos miedo al poder y no tenemos miedo de
decir lo que pensamos y lo que sentimos.
¿Qué le diría usted al presidente Correa?
Que no vamos a renunciar a nuestra lucha por la igualdad de condiciones y
oportunidades para las mujeres. Que aunque él no esté convencido de la
equidad de género, nosotros vamos a continuar en ese objetivo. Le
conocemos como es el Presidente y no esperamos que se disculpe. Pero,
eso sí, debe saber que lo seguiremos combatiendo en todo lo que no está
haciendo bien.
¿Por ejemplo?
Que deje de una vez por todas tanto discurso, tanta palabra bonita,
tanta literatura para pararse en la tarima. Que deje de hacer tanta
publicidad y propaganda con los recursos de todos los ecuatorianos. Que
deje de gastar plata en campañas que dicen “el machismo es violencia”
porque eso es pura publicidad, pues él, con sus actitudes y comentarios,
está diciendo todo lo contrario.
HOJA DE VIDA
Diana Atamaint
Su trayectoria. Asambleísta de la provincia de Morona Santiago por el
Movimiento Pachakutik. Miembro de la Federación Shuar y militante de
izquierda. En la Asamblea tiene una posición crítica contra el Gobierno.
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Si está pensando en hacer uso del mismo, por favor, cite la fuente y
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contenido. ElComercio.com
La asambleísta Diana
Atamaint critica a Rafael Correa por su comentario sobre las mujeres y
rechaza lo que ella denomina “poder machista y discriminatorio”
¿El Presidente de la República es machista?
Diana Atamaint no es quien debe calificar al Presidente. Son las
acciones de las personas las que dan cuenta de quiénes son.
La asambleísta María Paula Romo enfatiza en que el machismo es
violencia...
Yo soy parte de la carta que envió María Paula y la suscribo plenamente.
¿El poder es machista?
La sociedad ecuatoriana está configurada por una estructura machista. Y
una de las luchas fundamentales de los ciudadanos debería ser la
erradicación de esa forma de pensar acerca de las mujeres. El lenguaje,
las instituciones, el poder, todo está configurado para subestimar el
rol de las mujeres.
¿La revolución ciudadana no ha logrado cambiar esas maneras de mirar a
la mujer?
No, para nada.
¿Por qué?
Antes de eso, el Presidente debe recordar que nuestra lucha por la
equidad de género es la lucha de la mujer ecuatoriana para cambiar la
estructura de la sociedad.
¿Y esa lucha se minimiza con las declaraciones del Presidente de la
República?
Esa lucha, de ninguna manera, puede ser motivo de burla por parte del
Presidente. Mucho peor de un presidente que dice ser líder de una
revolución.
¿Una revolución que no debería ser machista?
Una revolución supuestamente de izquierda o progresista, pero que con su
lenguaje machista y sus actitudes machistas demuestra todo lo
contrario.
¿Qué quiere decir “todo lo contrario”?
Que el Presidente no está convencido y que entra en un conflicto muy
grande cuando plantea que no está convencido que nuestra lucha ha
mejorado la democracia, pero que la lucha por la equidad de género y las
minifaldas sí han mejorado la farra.
¿Cómo entender que un presidente diga algo así?
El Presidente está quitándose la careta y está evidenciando que no es
revolucionario.
¿Cómo debería ser un presidente revolucionario?
No es revolucionario un presidente que no incluye a los indígenas, que
no incluye a los ambientalistas, que no respeta los derechos de los
servidores públicos y que no respeta la lucha de las mujeres
ecuatorianas.
Pero es un Gobierno que tiene como ícono al general Eloy Alfaro, que fue
quien abrió paso al derecho de la mujer a ejercer el sufragio.
Y se llena la boca cuando nombra a Dolores Cacuango, una luchadora que,
precisamente, peleó para que se reconozcan los derechos de la mujer
indígena, doble o triplemente excluida.
E invitaron a Rigoberta Menchú al festejo por los cinco años en el
poder...
Nosotros hicimos gestiones para contarle a Rigoberta Menchú y a la
compañera chilena Camila Vallejo (que declinó la invitación) lo que el
presidente Correa piensa de las mujeres.
Más allá de las palabras del Mandatario, ¿qué análisis de fondo hace
usted?
Que el Presidente vive enmarcado o enclaustrado en una sociedad
inequitativa. Y que ese tipo de bromas y de chistes son graves porque
hay una afirmación de quien lidera un proceso supuestamente
revolucionario en el sentido de que no está convencido de que la
igualdad de género fortalece la democracia.
¿Son feministas radicales quienes se quejan de la opinión del
Presidente?
No tiene nada que ver el feminismo con la lucha por nuestros derechos.
Volvamos al ejemplo de la líder Dolores Cacuango. Ella ni siquiera hizo
sus batallas por la equidad de género, sino por su pueblo, por la
educación bilingüe intercultural, contra la discriminación étnica y el
machismo.
¿Cómo entender que las ministras permitan que el Presidente diga cosas
así?
Sinceramente no creo que lo permitan. Quiero entender, y estoy
convencida, de que en un entorno privado sí le habrán dicho al
Presidente que no están felices con esas declaraciones.
¿Y las asambleístas de A. País? La mayoría ha declarado que es algo
irrelevante y que a ellas no les afecta.
Las mujeres debemos tener firmeza y dignidad para defender nuestros
principios. No entiendo por qué las asambleístas de Alianza País hacen
oídos sordos a este y otros episodios anteriores donde el Presidente no
se ha expresado adecuadamente sobre nosotros. Quizás son favores
políticos.
¿Le parece grave, desde el punto de vista femenino?
Es muy grave que las mujeres asambleístas no demos muestras claras de
firmeza y dignidad para reivindicar nuestros derechos, enfrentar y
luchar.
¿Una mujer tiene que usar minifalda, tener bonitas piernas y ser muy
atractiva para triunfar en una sociedad machista?
Yo quiero hacer una reflexión en este punto. Quiero valorar a las
mujeres ministras del Gabinete del presidente Rafael Correa. No creo que
ellas se hayan ganado el puesto de ministras por haberle mostrado las
piernas al Presidente y haberle demostrado sus habilidades para el
baile.
Entonces, ¿por qué no dicen nada sobre las palabras del Presidente?
No lo sé. Pero quiero destacar que las ministras que conozco de cerca
tienen una hoja de vida muy buena, una formación profesional excelente y
una oportunidad única de servir al país gracias a su calidad académica.
Por eso no podemos aceptar ese tipo de esquemas mentales, mucho menos
en un Mandatario.
¿Son muy fuertes y determinantes los estereotipos en una sociedad
machista?
En la sociedad existen estereotipos de belleza que no tienen nada que
ver con la filosofía del Buen Vivir, tan mencionada por el Gobierno y
parte fundamental de la Constitución de Montecristi. Lamentablemente
esos estereotipos están ahí, pero ese no es el punto que estamos
reclamando.
¿Cuál es, entonces?
Que el poder aprenda a valorar al ser humano como tal, en sus
condiciones de hombre o mujer.
Cuando el Gobierno habla de “meritocracia”, ¿se contradice con las
palabras del Presidente? ¿Se estará valorando a la mujer por su belleza y
no por su capacidad ?
Habría que revisar cuál es el instructivo para acudir al Instituto de la
Meritocracia y solicitar un empleo. Pero por lo que dijo el Presidente,
creo que ya no hace falta preguntar qué condiciones se necesitan. Todo
esto es un retroceso histórico porque se nos ha puesto en una condición
de discriminación absoluta.
Todo esto ocurre en un continente donde existen mujeres que han
gobernado y gobiernan, como Bachelet, Dilma o Cristina Fernández...
Me gustaría saber qué pensarían ellas de tan lamentables y tristes
comentarios del Presidente de la República. Eso, insisto, ni siquiera
podemos aceptarlo como una broma.
¿Es una agresión?
Es una forma de agresión verbal que no solo llega a las mujeres sino a
todos los que el Gobierno considera rivales o enemigos. Correa
descalifica como quiere a hombres y a mujeres, se burla, ironiza,
insulta, habla de “enanos”, habla de “limitados mentales”. Es una forma
de agresión que conduce a una sociedad polarizada. No es justo que se
estigmatice y se ofenda a quienes no piensan como el Mandatario.
¿Esperan ustedes que el Presidente les ofrezca disculpas por su
comentario?
No creo que lo haga. Pero lo que queremos decirle es que en el país hay
mujeres valientes que no le tenemos miedo al poder y no tenemos miedo de
decir lo que pensamos y lo que sentimos.
¿Qué le diría usted al presidente Correa?
Que no vamos a renunciar a nuestra lucha por la igualdad de condiciones y
oportunidades para las mujeres. Que aunque él no esté convencido de la
equidad de género, nosotros vamos a continuar en ese objetivo. Le
conocemos como es el Presidente y no esperamos que se disculpe. Pero,
eso sí, debe saber que lo seguiremos combatiendo en todo lo que no está
haciendo bien.
¿Por ejemplo?
Que deje de una vez por todas tanto discurso, tanta palabra bonita,
tanta literatura para pararse en la tarima. Que deje de hacer tanta
publicidad y propaganda con los recursos de todos los ecuatorianos. Que
deje de gastar plata en campañas que dicen “el machismo es violencia”
porque eso es pura publicidad, pues él, con sus actitudes y comentarios,
está diciendo todo lo contrario.
HOJA DE VIDA
Diana Atamaint
Su trayectoria. Asambleísta de la provincia de Morona Santiago por el
Movimiento Pachakutik. Miembro de la Federación Shuar y militante de
izquierda. En la Asamblea tiene una posición crítica contra el Gobierno.
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