Sucúa, 13 de mayo de 2013
Cuando asumí la candidatura a la Asamblea Nacional
por el Movimiento Pachakutik, presenté a consideración de mi gente una
propuesta de trabajo en los ámbitos de la legislación y la fiscalización; la
misma estuvo marcada por la urgencia de dejar atrás las representaciones que
sumieron en la vergüenza a Morona Santiago, por la necesidad de representar con
dignidad y altivez a nuestra gente y por la convicción de luchar por los
intereses de mujeres y hombres pobres y marginados de los beneficios del
crecimiento económico.
Alcancé un respaldo enorme en las urnas que se
tradujo en un accionar político coherente, ideológico y apegado a los intereses
de la gente shuar, achuar y mestiza que dan a Morona Santiago su mayor riqueza:
la diversidad. En el trabajo diario como parlamentaria adopté decisiones de
acuerdo a los lineamientos políticos de la bancada que formé parte, pero sobre
todo, busque interpretar los ideales, sentimientos y aspiraciones de la gente
sencilla y así voté en cada una de las leyes y resoluciones discutidas en la Asamblea Nacional.
Coincidí en la votación en algunas iniciativas
del gobierno al que apoyé al inicio y que ahora critico porque se alejó de su
propuesta original para cambiar sustancialmente las estructuras injustas que
posibilitan el desempleo, la pobreza, la desigualdad y la exclusión. He
criticado también la ausencia de una lucha frontal contra la corrupción y la
forma como se auspicia la conformación de nuevos grupos de poder económico y el
aparecimiento de nuevos ricos en el Ecuador.
Presenté y apoyé propuestas de leyes y
fiscalicé con seriedad. Mis acciones incomodaron al poder que buscó levantar la
inmunidad parlamentaria con la que la gente de Morona Santiago me
invistió. Se pretendió encarcelar y
cobrar una multa millonaria a la primera mujer shuar que por decisión de
ustedes llegó a ser parlamentaria nacional.
El trabajo cumplido fue minuciosamente seguido
por los medios de comunicación nacionales y locales, éstos me ofrecieron generosamente
espacios en la televisión, la radio y la prensa escrita y pude opinar y hacer
conocer mis propuestas en los ámbitos parlamentarios y de la política nacional.
A quienes representan a los medios de comunicación mis agradecimientos sinceros.
Esta mujer shuar, sencilla, trabajadora,
rebelde, comprometida, de mirada franca y de fácil sonrisa a quienes ustedes
conocen desde su niñez, quiere expresar a su gente la enorme gratitud por
haberle posibilitado representarles en la Asamblea Nacional
con dignidad y altivez. Hemos dejado atrás la vergüenza, el silencio y el
anonimato; nos resta continuar en la lucha diaria por el bienestar de nuestras
familias y por los derechos y libertades de los ecuatorianos. Sigamos madurando
la interculturalidad que vivimos en Morona Santiago cuando compartimos a diario
alegrías y tristezas entre hermanos shuar, achuar y mestizos.
Con el afecto se siempre,
Diana Atamaint.
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